martes, 23 de abril de 2024

“Cuando la Argentina perdió la Patagonia”: Salvador San Martín.

 

La tapa original del suplemento de “Río Negro”,
donde el cuento salió por primera vez en 1984.

Foto: Archivo Diario “Río Negro”.


“Cuando la Argentina perdió la Patagonia”: Salvador San Martín, ¿autor de una ficción?

 20 de marzo de 2020

“Cuando la Argentina perdió la Patagonia”: Salvador San Martín.

“En poco tiempo, los Estados Unidos de la Patagonia sobrepasaron a la Argentina prácticamente en todo, excepto en la producción agropecuaria que siguió siendo la única base de una Argentina que no supo reconocer en la Patagonia su verdadero destino”.

El ingeniero Salvador San Martín nació en Lima, provincia de Buenos Aires, el 11 de abril de 1911 y falleció el 23 de abril de 1993, a los 83 años, en la Capital Federal. Durante muchos años, vivió en la ciudad de Villa Regina, en el Alto Valle del río Negro.

Fue presidente de la Federación Universitaria Argentina y también se desempeñó como presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires.

Se radicó en Villa Regina, donde desarrolló un establecimiento  frutícola. Fue docente, rector-interventor del Instituto Libre de Enseñanza Secundaria de esta última localidad. Dirigió el periódico “El Ciudadano”. Durante el gobierno de Arturo Frondizi se desempeñó como Subsecretario de Energía y Combustibles  y en  el gobierno de José María Guido fue Secretario de Industria.

Entre esas actividades, fue presidente de Cometarsa, empresa del grupo Techint y presidente del Centro de Industriales Metalúrgicos de la Argentina.

Su cuento “Cuando la Argentina perdió la Patagonia” tuvo gran repercusión. No fue para menos. Que un grupo comando consiga arrancar decisiones capitales al gobierno central  a partir de dejar sin energía eléctrica a Buenos Aires, causó preocupaciones en los sectores dirigenciales.

San Martín contó en varias oportunidades el origen del cuento: “Fue el resultado de una experiencia sufrida cuando estuve a cargo de la Secretaría de Energía y Combustibles en 1961 y el señor Taccone  (dirigente del gremio de Luz y Fuerza) nos amenazó con una huelga sin prestación de servicios. El total del  poder decisorio de la Nación está centrado  en 20 manzanas de la Capital Federal, ubicadas entre el puerto y las calles Bolívar, San  Martín a lo ancho y la avenida Independencia, por un lado y la central”.

El ingeniero San Martín consideraba que poniendo fuera de acción esas veinte manzanas “todo el país cae en poder de quien dé el golpe”. Y agregaba:” Tal cosa no ocurriría en Estados Unidos, ni en Europa, ni en Rusia, ni en Japón. Pero el caso más notable es el de los Estados Unidos por tratarse de un país federal como el nuestro”.

Continuaba afirmando que en ese país “se puede entregar la Casa Blanca o Washington  al enemigo y en cualquiera de los estados federales se puede reconstituir el poder nacional con toda su potencia en virtud de haber instituido desde un comienzo de gobiernos estaduales  poderosos y económicamente capacitados para reconstruir el gobierno, aunque Washington  fuera destruida hasta sus cimientos.  Si en 1961 Taccon podía poner al gobierno en un jaque bajando las palancas de las usinas de la capital lo puede hacer cualquiera que ocupe por la fuerza donde se genera la energía eléctrica poniendo en sitio estratégico a las 20 manzanas donde se encuentra el poder del país”.

En este esquema, el argumento básico de trabajo del ingeniero San Martín  parte de la toma y posesión por  comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos, bajo  instrucciones del gobierno previsional de los Estados Unidos de la Patagonia, de las centrales El Chocón, de Cerros Colorados (Planicie Banderita y desvío de Mari Menuco) de  Alicurá, de la central de Arroyito y de Confluencia, de las plantas comprensoras de gas natural de Loma de la Lata, Pico Truncado y Cerro Cóndor.

A continuación, el autor incluye una serie de relatos de fuerte realismo, como la supuesta intimación al gobierno de la República Argentina para que reconozca al Gobierno Provisional de los Estados Unidos de la Patagonia y lo acepte como país asociados.

Los siguientes pasos de la trama, en muy rápida síntesis, fueron  la designación de embajadores del gobierno de los Estados Unidos de la Patagonia ante las sedes diplomáticas de los distintos países y la realización de un congreso constituyente a cuya finalización se dio a conocer una declaración que los Estados Unidos de la Patagonia eran una Nación libre e independiente de la Nación Argentina.

El autor imaginó una región final entre el presidente argentino y su similar de los Estados Unidos de la Patagonia donde quedó oficializada la escisión de los estados sureños.

En algunas entrevistas periodísticas, el ingeniero San Martín concluyó que su cuento “no es tan fantástico como parece”. Aclaró  que “nuestra acción en la Patagonia no fue ni es para separarnos de Argentina, sino para integrarla con justicia en el cuadro de la Nación”. Y alertó en el sentido de que “o los porteños integran la Patagonia con una real política de desarrollo o la   Patagonia puede perderse a manos de otro Orélie Antoine de Tounens (abogado francés que se proclamó rey de la Araucanía y la Patagonia en alianza con algunos caciques indígenas)”.

También  reflexionaba sobre “cuántas veces cansados del centralismo y de las trabas que se colocan para que la Patagonia pueda desarrollarse, cuántos rionegrinos, chubutenses o fueguinos no imaginaron una región independiente con futuro promisorio por la conjunción de sus recursos naturales y humanos. Por eso, ningún patagónico  quiere la segregación de la Patagonia, pero sí hacer un llamado de atención y para arrancar alguna vez con un país federal en serio”.

“Para que la Patagonia deje de ser una gran productora de recursos dirigidos a los grandes centros urbanos del país y convertirse en parte de un proyecto nacional de desarrollo”.

El cuento: “Cuando Argentina perdió la Patagonia”.

El día 14 de agosto de 1985 estaba de guardia en el tablero central del despacho eléctrico de cargas, el Ingeniero Bonifacio Astigueta, quien como era habitual en él, escudriñaba atentamente y en forma personal todas las complejas señales luminosas del tablero. A las 18.30, cuando se disponía a retirarse, un auxiliar llamó su atención sobre el indicador de enganche de la línea de alta tensión de El Chocón-Cerros Colorados, que titilaba indicando algunas anormalidades.

El ingeniero Astigueta accionó enseguida el control de fallas del tablero por si se trataba de una perturbación eléctrica y como la señal continuaba, y en previsión de un sorpresivo desenganche de la línea, ordeno, por el circuito telefónico, el estado de alerta de la Central Costanera Sur y de Salto Grande, preparándose para reemplazar cualquier falta de corriente de El Chocón.

Cuando estuvo todo bajo control, tomó el teléfono para comunicarse con el control de la Central de El Chocón y con ojos dilatados de espanto escuchó la siguiente comunicación: Aquí Comando Suicida El Chocón a nombre del gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, comunica a ese despacho de carga para su retrasmisión al presidente de la Nación Argentina lo siguiente:

1) En el día de la fecha, nueve comandos suicidas integrados por ciudadanos patagónicos y bajo instrucciones del gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, presidido por el doctor Aníbal Alejandro Garmendia, han tomado posesión de las centrales de El Chocón, de Cerros Colorados, (Planicie Banderita y desviador de Mari Menuco), de Alicurá, de la central de Arroyito y de Confluencia, de las plantas compresoras de gas natural de Loma de La Lata, Pico Truncado y Cerro Cóndor. En ningún caso de han producido bajas entre el personal de las plantas, ni tampoco entre los comandos de ocupación.

2) Cada comando ha procedido a dinamitar los puntos neurálgicos de cada central o planta, de de modo tal que una detonación afectará incluso a las instalaciones fijas de los rodetes de turbinas o motocompresores de gas. Los daños han sido proyectados para que ninguna instalación pueda ser puesta nuevamente en funcionamiento antes de tres años y hasta cinco años, según los casos.

3) Cada comando es autónomo para tomar la decisión de hacer volar las cargas explosivas, al menor indicio de que el gobierno de la Argentina haya dado orden de reprimir a los comandos o atacar las instalaciones, procediendo incluso ante cualquier movimiento preventivo de tropas, aviones o cualquier otra acción de fuerzas armadas o policiales de la República Argentina.

 4) A partir de la hora 0 del día de mañana 15 de agosto, correrá un plazo de 48 horas, para que el gobierno de la República Argentina reconozca al gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia, como legítimos gobernantes de este país y lo acepte como país asociado según los términos que se acuerden oportunamente.

 5) Vencido el plazo de 48 horas sin que el gobierno argentino haya accedido a la demanda anterior y a iniciar inmediatas negociaciones, comenzarán a reducirse el número de turbinas en operación y el bombeo de gas, hasta el corte total del fluido eléctrico, de gas y de petróleo en las 48 horas subsiguientes.

6) El gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia ha destacado ministros plenipotenciarios ante los principales países de la comunidad internacional a efectos de plantear el caso del dominio colonial argentino sobre la Patagonia y procurar el reconocimiento del gobierno provisional instituido.

7) Se reitera que cualquier acto militar o policial iniciado por el gobierno de la República Argentina, será considerado por los comandos como prueba de rechazo de las demandas y consecuentemente se harán todas las voladuras indicadas.

8) En estas tristes circunstancias recordamos al pueblo amigo de la Argentina, la voluntad de ser libres de todo colonialismo expresada en la declaración de la Independencia en Tucumán el 9 de julio de 1816 y denunciamos la actitud prepotente de la dirigencia porteña que mantuvo hasta hoy un colonialismo denigrante sobre estos territorios que no tienen otro recurso que imponer por la violencia lo que le fue negado por la razón y el patriotismo.

AQUÍ COMANDO SUICIDA DE EL CHOCÓN EN CADENA CON TODA LA RED DE RADIO Y TELEVISIÓN EN SU PODER.

Cuando cesó la transmisión telefónica, el ingeniero Astigueta, creyéndose víctima de una broma, dijo enojado: Che, Cardini, dejate de j… y decime qué está ocurriendo con la línea. Por el teléfono se oyó una voz que dijo: No soy Cardini, el cual se encuentra bajo custodia de este comando, pero si usted quiere, podemos ponerlo en la línea para que usted se percate de que esto va en serio.

Astigueta sintió que le corría un sudor frío y tartamudeando rogó que lo pusieran al habla con Cardini el supervisor de turno en el tablerote carga de El Chocón. Cardini, con voz serena y casi sin emoción lo impuso a Astigueta de lo que había ocurrido, de la toma de la central por un comando suicida, el dinamitado de las turbinas y de las playas de transformadores, etc.

Cuando terminó le dijo a Astigueta: Apuráte, hermano, a transmitir el mensaje al presidente porque las papas queman y esta gente está dispuesta a todo.

Astigueta corrió al teléfono policial para comunicarse con el presidente de Agua y Energía, que a esa hora todavía estaba en su despacho, el cual, enterado del mensaje, puso en duda la veracidad de toda esa historia que calificó de Rocambolesca y ordenó a Astigueta que preparara el avión de la empresa para ir a ver en el lugar lo que estaba ocurriendo. Por las dudas lo impuso de la novedad al presidente de Hidronor.

Mientras tanto, y a pesar de su incredulidad se comunicó con el presidente de Energía que casi sufre un desmayo al oír la historia y que a su vez trasmitió al presidente de la Nación por el teléfono policial, el increíble mensaje recibido en el despacho de cargas.

El presidente Miguel Solanas Álvarez se hizo repetir varia veces el mensaje mientras las máquinas teleimpresores sacaban varias copias. Enseguida con gran serenidad y después de exclamar: “Estos sureños…”, ordenó convocar al gabinete de ministros y a los jefes de los estados mayores, mientras telefoneaba al ministro del Interior para conocer si allí se sabía algo de lo que realmente estaba pasando. Cual no sería su estupor cuando el secretario del ministro, el cual ya había salido para el despacho del presidente, le informaba que se habían recibido cuatro comunicaciones de los cuatro gobiernos de las provincias patagónicas, manifestando que en razón de las circunstancias, las cuatro legislaturas y los propios gobernadores habían adherido al gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia y se solidarizaban con su actitud, por lo cual se consideraban estados independientes de la Nación Argentina y autónomos económicamente.

Manifestaban también su firme decisión de armar al pueblo patagónico para repeler cualquier agresión.

Todos los teléfonos de Casa de Gobierno comenzaron a sonar y no se daba abasto para atender los llamados de las unidades del Quinto Ejercito, que trasmitía al presidente las novedades ocurridas y requerían ordenes para proceder. El presidente Solanas Álvarez gritaba a voz en cuello: ¡Por favor! ¡No hagan nada! ¡Todo el mundo quieto hasta que analicemos la situación! Que venga enseguida el jefe del Estado Mayor Conjunto, lo que no hubo necesidad de repetir, pues en ese momento ingresaba con rostro descompuesto al despacho del presidente y lo incriminaba: Sr. Presidente, este es el resultado de su política, ahora tenemos a Chile sobre nosotros a la altura del río Colorado, dígame, ¿ahora qué hacemos?

Por favor, general, no dramatice las cosas. Espere un momento, tal vez podamos dominar la situación mucho más fácilmente de lo que usted se imagina. Déjenos a los políticos decidir sobre el particular. Y volviéndose a su edecán le pidió que conectara la televisión. En la pantalla apareció un locutor que con cara de sorpresa leía comunicados recibidos desde la Patagonia, originados en la Agencia de Noticias Los Andes, entidad privada al servicio del gobierno provisional de los Estados Unidos de la Patagonia. El locutor no sabía qué decir ni comentar. Todo le parecía absurdo, pero esos mensajes estaban saliendo del teletipo y no había duda posible de lo que estaba emitiendo.

En un momento determinado el locutor dio cuenta de la declaración de Independencia hecha por los cuatro gobiernos patagónicos y de un comentario que procedía de Comodoro Rivadavia, donde la población se había volcado a las calles celebrando la independencia y pidiendo armas para combatir a los porteños.

También había intercepción de despachos del gobierno de las cuatro ex provincias argentinas a las provincias norte y de Cuyo pidiendo se adhirieran a la causa patagónica y presionaran al gobierno de la Casa Rosada a proceder al reconocimiento de los Estados Unidos de la Patagonia.

Todo empezó a convertirse en un pandemonium, pues lo embajadores de países extranjeros comenzaron a abrumar a la chancillería para que explicara la situación. El canciller se refugió en la Presidencia y hacia contestar que más tarde se daría un comunicado oficial al respecto.

El Comando de Aviación hizo suspender todos los vuelos a la Patagonia, pero no pudo impedir que los vuelos que estaban haciendo escala en aeropuertos patagónicos, fueran incautados por los gobiernos locales o puestos a disposición del gobierno provisional. En Caleta Córdoba y en Caleta Olivia, los obreros resolvieron no cargar petróleo en los barcos que esperaban mar afuera para llevarlo a San Lorenzo y a Bahía Blanca.

Entretanto iban llegando los ministros a Casa de Gobierno y cuando ya era imposible poner orden, logró el presidente hacer sentar a los que pudo, mientras otros asistieron de pie a la reunión ministerial más absurda de la historia argentina.

La exposición del secretario de Energía fue contundente, sin gas y sin petróleo era imposible prestar los servicios en la Capital y en el Gran Litoral. Reforzando los suministros del norte y pidiendo desvío de buques petroleros a las empresas extranjeras, no podía impedirse la paralización total de la vida de la ciudad. Las usinas eléctricas sin gas ni petróleo y sin el aflujo de electricidad de El Chocón, apenas podían mantener los servicios de algunas oficinas de gobierno y uno que otro hospital. Había que desalojar inmediatamente la población civil de los centros urbanos donde no se podían accionar bombas para abastecer de agua a los edificios elevados.

Los fluido cloacales se atascarían en toda la red domiciliaria. Por supuesto todos los transportes pararían. Las propias fuerzas armadas no tendrían combustible suficiente para una acción de envergadura. La situación no podía ser más tremenda y angustiante. El presidente con cara empalidecida por la rabia por la emoción, preguntó qué ocurriría si los comandos suicidas hacían las voladuras que habían anunciado. El secretario de Energía contestó simplemente: Mejor ni pensarlo, señor presidente, sería el caos y por varios años no podríamos reparar los daños en medio de trastornos tremendos.

La cabeza del presidente giró lentamente hacia el jefe del Estado Mayor Conjunto y el secretario de Defensa que estaban sentados juntos a su lado. No fue necesaria ninguna pregunta. El general Díaz Usandivaras dijo con tono ciertamente dramático: Señor presidente parlamente con el dicho presidente de ese gobierno provisional. Un murmullo de asombro se extendió en el salón y después fue el gran loquero. Todo el mundo hablaba a salían a luz reproches de todo tipo. El presidente apartó al ministro de Interior y le dio instrucciones para que utilizando la misma línea telefónica de El Chocón comunicara al doctor Aníbal Alejandro Garmendia, que estaba dispuesto a conferenciar con él en el lugar y hora que indicase en la seguridad de que ambos encontrarían una solución al conflicto planteado.

La trasmisión se hizo inmediatamente y casi enseguida se recibió la respuesta: Antes de cualquier parlamento era imprescindible que se hiciera oficialmente y por medio del Congreso la declaración de que los Estados Unidos de la Patagonia eran una nación libre e independiente de la Nación Argentina y solamente asociada en el mantenimiento de una estructura económica, social y política que se mantuviera dentro de las tradiciones argentinas. Veinticuatro horas para contestar por sí o por no.

Las siguientes de 10 horas fueron empleadas en convocar al Congreso, hacer la declaración solicitada en medio de una escandalosa sesión parlamentaria en que los diputados y senadores por las provincias patagónicas fueron objeto de toda clase de agresiones y se vieron en la necesidad de retirarse del recinto.

Antes de retirarse, el diputado por Neuquén, doctor Eleuterio Cardozo, pudo hacerse escuchar en medio del griterío general: No queremos seguir siendo los “kelpers” de los argentinos.

Por su parte, el senador Llanqueleo, del Chubut, pudo expresar algunos conceptos que se rescataban en medio de los denuestos de que era objeto: Inglaterra trató mejor a sus colonias que la Argentina en la Patagonia…!! y otras como: Por mucho menos de lo sufrido por la Patagonia, las colonias americanas se independizaron de Inglaterra!

Finalmente, después de la declaración del Congreso, el presidente argentino fue citado para concurrir a una reunión con el presidente patagónico en un lugar desértico de la provincia del Chubut, cerca de Collán Conhué, sitio histórico donde las últimas tribus patagónicas habían sido derrotadas por el Ejército Argentino.

Allí se había levantado una instalación precaria para la reunión de los integrantes de los dos gobiernos. El presidente patagónico saludó con gesto severo pero no agresivo al presidente argentino y hechas las presentaciones de sus comitivas, ambos se introdujeron en una carpa de campaña donde una mesa sencilla con dos tazas de café ya servidas los acogía para la magna ceremonia. Señor presidente, comenzó diciendo el presidente provisional de la Patagonia, lamento que hayamos tenido que recurrir a estos medios para hacer valer nuestros derechos.

El presidente argentino Solanas Álvarez contestó que lo lamentaba mucho más en cuanto se trataba de un acto suicida y que no podía durar más que el tiempo necesario para retomar el dominio de la región pretendidamente independizada, por todos los medios que la Nación Argentina podía disponer levando ejércitos numerosos como lo hiciera en la gesta de Independencia de España. No olvide señor que la Argentina supo oponerse y vencer a las naciones más poderosas de entonces.

El presidente patagónico, doctor Aníbal Alejandro Garmendia, después de escucharlo y tras un breve silencio, manifestó: Señor presidente, no me considera usted tan tonto como para meterme en este asunto tan grave sin haber tomado las debidas precauciones y previsto sus eventuales consecuencias. Tampoco debe usted considerarme un traidor a la patria si le manifiesto que así como la Nación Argentina buscó aliados en su guerra de la independencia, lo Estados Unidos de la Patagonia pueden hacerlo comenzando por sus dos más próximos vecinos: Chile e Inglaterra. ¿O usted de olvida, señor presidente, que Inglaterra está a 450 kilómetros de la costa patagónica con una formidable base militar?

¡¡No puedo creer que usted haya llegado a este grado de humillación!!, contesto fuera de sí y a los gritos el presidente argentino, como para pedir ayuda a los tradicionales enemigos de la Argentina. Perdón, señor presidente, yo no necesitaré pedir ayuda alguna, ni la he pedido, ni la pienso pedir. Solo me he limitado a plantear a las naciones más importantes del mundo el reconocimiento de mi gobierno.

En ese sentido, Chile e Inglaterra estoy seguro de que serán los primeros en hacerlo. Y como usted, señor presidente es de la provincia de Buenos Aires, le recuerdo que me apoyo en antecedentes muy valiosos y que usted conoce muy bien, por ser oriundo de una provincia argentina que pidió el reconocimiento de las Naciones europeas y de los Estados Unidos como estado libre e independiente de la Confederación Argentina en 1853. Aquí no hay más traición a la patria que la que cometieron quienes ignoraron los derechos de los patagónicos y los mantuvieron en la más infame dependencia colonial. Señor presidente, los minutos son valiosos. Usted debe decirme si acepta o no confirmar en todo la declaración de su Congreso y para comenzar a negociar libremente y como dos estados soberanos las condiciones en que vamos a iniciar este nuevo tramo de nuestra vida política, asociando nuestros intereses en el respeto mutuo de nuestros derechos.

El presidente argentino sólo atinó a agregar: Evidentemente, usted me chantajea y lamentablemente no puedo escapar al chantaje. En Buenos Aires no nos dimos cuenta de que estábamos armando una bomba de tiempo con estas obras de El Chocón y esta historia del gas y del petróleo.

Tendríamos que haberlos tratado realmente como colonos y puesto una fuerza armada al lado de cada dique y cada gasoducto u oleoducto. Pero ahora usted me tiene en sus manos. Pero dígame sinceramente, ¿es cierto que Chile y Gran Bretaña reconocerán a su gobierno? Vea señor presidente, contestó el presidente patagónico, no solo que lo harán inmediatamente, sino que harán declaraciones manifestando que toda agresión hecha a los Estados Unidos de la Patagonia será considerado un acto de guerra contra sus propios países y si sus servicios de inteligencia, señor presidente, funcionarán correctamente, habría sabido antes de salir para aquí que ambos países han dado orden de movilizar todas sus fuerzas armadas.

Pero, hay algo que seguramente a usted le compensará de estas cosas tan desagradables. Gran Bretaña entregará las Islas Malvinas, Sándwiches y Georgia del Sur a la soberanía de los Estados Unidos de la Patagonia y formalizará con nosotros un tratado de paz que lleva implícita nuestra participación con todos nuestros productos en el mercado inglés y de sus dominios a cambio de la preservación de los intereses británicos que sean afectados por el cambio de soberanía.

¡Nos queda Brasil!!, exclamó el presidente argentino. Se opondrá al dominio de los mares del sur por una nación extranjera. Se unirá a nosotros. Lo mismo Paraguay, Venezuela, Perú y Colombia.

Con mucha calma el presidente patagónico le alcanzó un télex que decía: Itamaraty ha informado confidencialmente a nuestro enviado que está emitiendo un comunicado al gobierno argentino advirtiéndole que cualquier acción armada contra los Estados Unidos de la Patagonia será considerada como el rompimiento del necesario equilibrio en los mares del sur y obligará al Brasil a movilizar sobre la frontera argentina y uruguaya.

El presidente argentino, bajó sus brazos. Se tomó la cabeza entre las manos y dijo: ¡Qué desastre! ¡Qué ciegos hemos estado! ¡Malditos porteños!

Cuando los dos presidentes salieron de la carpa y se unieron a sus acompañantes el viento patagónico soplaba con toda intensidad sobre el inmenso erial. Las caras mostraban las distintas emociones. No había evidentemente triunfadores, más bien un sentimiento de amargura predominaba en todos y alguna lagrima de rabia se escapaba de los ojos de muchos de un lado y de otro de los que ayer hermanos, hoy estaban divididos por una frontera que había levantado con el tiempo la desidia de los gobernantes porteños.

Así se perdió la Patagonia para la Nación Argentina.

Por su parte los Estados Unidos de la Patagonia progresaron a ritmo inusitado. Vendiendo petróleo, gas e hidroelectricidad a la Argentina, aún a precios inferiores a los del mercado mundial, ingresaban anualmente miles de millones de dólares de divisas que se utilizaban para el desarrollo de su infraestructura.

Los valles de los ríos y la precordillera fueron irrigados y explotados para exportaciones agropecuarias y agroindustriales al exterior y un contingente enorme de inmigrantes se fue radicando libremente en una República que echando por la borda el estatismo porteño, se apoyó en la empresa privada para afirmar su desarrollo. En sólo diez años la población patagónica se triplicó con los inmigrantes y en toda la región lacustre y fluvial de la cordillera, centros de turismo de renombre mundial atraían millares de turistas anuales que reforzaban el muy favorable enlace de pagos de la flamante nación. Industrias electro intensivas y petroquímicas se instalaron para aprovechar los recursos energéticos disponibles a bajo costo. La exportación industrial superó largamente a las exportaciones agropecuarias.

La moneda en circulación fue el patagón, con garantía oro y convertible, lo cual surgió de una negociación con las principales naciones del mundo que aceptaron pagar en oro sus compras durante cinco años para formar dicha reserva áurea. La inflación desapareció instantáneamente.

Por supuesto los Estados Unidos de la Patagonia no tuvieron Ejército, ni Marina, ni Aeronáutica. Apenas una fuerza policial. Estaba defendida por todos contra todos.

En poco tiempo, los Estados Unidos de la Patagonia, sobrepasaron a la Argentina prácticamente en todo, excepto en la producción agropecuaria que siguió siendo la única base de una Argentina que no supo reconocer en la Patagonia su verdadero destino.

Comentarios: Omar Nelson Livigni, periodista director de APP, Viedma.

Publicado en MÁS RÍO NEGRO. 

Año: 2020 de la infausta pandemia de  la porquería del Coronavirus.

https://www.masrionegro.com/2020/03/20/cuando-la-argentina-perdio-la-patagonia-salvador-san-martin-autor-de-una-ficcion/

Otra publicación:

4 de mayo del 2019.

http://appnoticias.com.ar/app/salvador-san-martin-el-autor-de-la-ficcion-cuando-la-argentina-perdio-la-patagonia-por-omar-nelson-livigni/

lunes, 22 de abril de 2024

Bodega de Antonio UCOTICH y Vinos MMM Tres Emes de Mario M. Mion.

Bodega de Antonio UCOTICH.

En la inauguración de la misma don Antonio, reunido en simposio (es decir: beber juntos) con sus connacionales, entre ellos Toncovich, Petrucich, Milohanich, Zudich y Zovich, tras ahogar su trémula voz en el corazón de una copa de clarete expresa:
Beban vino ¡Perenne fortaleza de los vivos!
¡Zdravstveni drugovi! (¡Salud camaradas!)
Don Antonio recordaba que en la Alta Edad Media la vid y el vino se convirtieron en atributos de la condición social de las nuevas élites surgidas en el Norte de Europa.
Era una persona bondadosa, dinámica, que no escatimaba el trabajo arduo. Iniciaba su jornada laboral cuando poco a poco sobre las sombrías alamedas asomaba la primera luz del amanecer.
En ciertas ocasiones la nostalgia residual le hacía brotar retazos de su infancia y la imagen de sus padres, tíos y abuelos inclinados sobre los lujuriantes pámpanos de la vid y sus racimos de uva.
Ha elaborado vino de mesa clarete, el de mayor consumo en esa época en la región, que envasaba en bordelesas y lo expendía con la marca comercial ANTONIO UCOTICH.
Esta bodega dio de baja su actividad vitivinícola ante el Instituto Nacional de Vitivinicultura en el año 1962.

Autor: Federico Witkowski.

Afiches y bordalesas de vino de la Patagonia Norte Facebook.
Imagen:

Federico Witkowski.

Afiches y bordalesas de vino de la Patagonia Norte Facebook.
Publicado en ¡BIEN DE REGINA!

http://blogbienderegina.blogspot.com/search/label/Bodega%20de%20Antonio%20UCOTICH.

Después vino el vino de mesa MMM Tres Emes de Mario M. Mion. Actualmente es frutas don MARIO de Elena Mion.

domingo, 21 de abril de 2024

Construcción del monumento del Indio Comahue. Este 2024 cumple 60 años.

 

Construcción del monumento del Indio Comahue. 

Este 2024 cumple 60 años.

Para conocer, si se desea, otras publicaciones hacer click en etiquetas: Indio Comahue.

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viernes, 19 de abril de 2024

19 de Abril de 1954: Inicia su actividad el primer Colegio Secundario de Villa Regina, denominado Instituto Libre de Enseñanza Secundaria, posteriormente se llamó Colegio Nacional de Villa Regina, pasando a denominarse Colegio Secundario Provincial Nro. 11.


19 de Abril de 1954.
Inicia su actividad el primer Colegio Secundario de Villa Regina, denominado Instituto Libre de Enseñanza Secundaria, posteriormente se llamó Colegio Nacional de Villa Regina, pasando a denominarse Colegio Secundario Provincial Nro. 11.
Este día fue el primer día de clases.
Se hicieron presentes 42 inscriptos, los primeros que concurrieron a un Colegio Secundario, ellos fueron:
Ana María Bengochea, Ana Lucía Berola, Lidia Rosa Bessegato, María del Carmen Bonfantini, Nilda Nora Bravo, María Elena Bussinelli, Carlos Alberto Candela, Berta Angélica Castillo, Alberto Gregorio Cejas, Dina H. Ciocchetti, Francisco Crivicich, Nello Delladio, Conrado De Monte, Telma Fiordelli, Delia Fioretti, Emilio García, Alicia Alba Gasperi, Elettra Leonor Gaspari, Margarita Gastaldi, Pio César Giannelli, Delfina María Grazide, Delia Esther Guevara, Pablo Daniel Kloster, Emilio José Lázzeri, Valerio Joaquín Lenzi, Adhelma Méndez, Máximo Milohanich, Lady Givellia Mungai, Leopoldo Miguel Marcó, Nieve Cecilia Marco, Haydée Nancy Nadal, Edda Nardini, Irene Hilda Pérez, Lidia María Rampellotto, Pía Cándida Ridolfi, Marta Raquel Rinland, Renée Hebe Rodríguez, Lidia Berta Rojotzky, Nolberto Pedro Silenzi, Juan Carlos Torre, Cora Noemí Yancarlo y Elvira Zovich.

* Se transcribe Efemérides Reginenses del libro “Historia de Villa Regina y sus Memorias” de Franco González, páginas 186-187, Imprenta Rayó, 2002.


COLEGIO NACIONAL DE VILLA REGINA (RIO NEGRO). COLEGIO NACIONAL. 
Por Franco González.

COLEGIO NACIONAL 
Por Franco González.
En maravillosa conjunción de pensamientos, hombres progresistas de la comunidad, permanentemente preocupados por el progreso de Villa Regina, un día como tantos, conversan sobre la necesidad que tiene la ciudad, de contar con un establecimiento de enseñanza secundaria, para brindar posibilidades de adquirir nuevos conocimientos, a esa enorme legión de jóvenes que egresando de las escuelas primarias, veían truncados sus deseos de seguir estudiando.
La idea fue llevada a la Comisión Directiva del Club Social "Colonia", donde tuvo gran resonancia, comenzando de inmediato, a propiciar las acciones necesarias, para que al año siguiente, inicie sus funciones, el Primer Año del Ciclo Básico.
La inquietud surgió en el año 1953, en el último trimestre, cuando se iniciaron las acciones necesarias para concretar las aspiraciones.
Muchas fueron las reuniones y muchas las gestiones concretadas a nivel local, provincial y nacional.
Varios vecinos acompañaron a las autoridades municipales, viajando a Viedma y a Buenos Aires varias veces, para lograr la puesta en marcha, del Primer Año Secundario.
Esas arduas tareas, esas largas horas dedicadas a reuniones, de mucha gente que brindó su amplia colaboración, dió sus frutos, y así, el 19 de abril de 1954 en la Biblioteca Popular "Mariano Moreno", cedida gentilmente por sus autoridades, comenzó a funcionar el Primer Año del Instituto Libre de Enseñanza Secundaria, más tarde transformado en el Colegio Nacional de Villa Regina.
Al año siguiente con la creación del 2º Año, fue necesaria una nueva aula, ya que la Biblioteca no podía albergar a todos los alumnos.
Gentilmente el Sr. José Nelli, destacado vecino de nuestra localidad, ofrece una de las dependencias de su casa particular para el funcionamiento de la nueva división.
La creciente cantidad de alumnos, que deseaban seguir sus estudios secundarios, preocupó seriamente a las autoridades del Colegio y la Comisión Cooperadora, de inmediato comenzaron a pensar ya en el Edificio Propio, en terrenos que fueron cedidos por la "Urbanizadora del Sur" al 10 % de su valor y en 90 cuotas mensuales, constituyendo esta operación por las condiciones de venta, prácticamente una donación.
Inmediatamente comenzaron a levantarse las primeras aulas, con el producto de la rifa de una casa, construida con esa finalidad.
Año tras año se fueron agregando nuevas comodidades, los cuerpos sanitarios, la secretaría, la sala de profesores y las ampliaciones que iban siendo necesarias, merced a la permanente preocupación de la Comisión Cooperadora y Propietaria del Edificio, las que con el aporte del Pueblo y Colonia, que siempre se brindó sin retaceos, y el de las sucesivas autoridades, que siempre fueron sensibles a los requerimientos que oportunamente le formulaban.
El 26 de septiembre de 1959, fue oficializado el Colegio, asistiendo el Sub Inspector General de Escuelas Secundarias y Liceos, Profesor Octavio Martiarena, quien tuvo a su cargo la tarea de oficialización, resultando este acto todo un acontecimiento para los reginenses.
Hasta ese momento el Instituto de Enseñanza Secundaria, funcionaba como incorporado al Colegio Secundario de General Roca, en época de exámenes.
En 1956, venían los Profesores de Gral.Roca, a examinar los alumnos de Villa Regina y a partir de la oficialización, pasó el Colegio Nacional a funcionar en forma independiente.
Los años subsiguientes, fueron de gran afluencia de alumnos, ya que era el único Establecimiento Secundario, haciéndose necesarias nuevas ampliaciones y se siguieron agregando aulas.
En 1966, se construyó el Salón de Actos, inaugurándose en octubre de 1967. Corría el año 1970, cuando se construyeron el patio cerrado, 4 nuevas aulas y 1 depósito, completando la planta baja del Establecimiento.
En el año 1978, se construyó la planta alta y el techado del patio mayor, realizándose 750 metros cuadrados de techo parabólico. Una obra magnífica que aporta las comodidades necesarias para actividades deportivas y todas las actividades de la unidad educativa. Esta obra quedó inaugurada el 19 de abril de 1979 al conmemorarse las "Bodas de Plata". Es de destacar que desde el comienzo del Colegio y durante los primeros 5 años, todos los Profesores trabajaron en forma honoraria, gran mérito de toda esa gente, que dedicó muchas horas de su tiempo , con el solo pensamiento de capacitar a alumnos, para que pudieran seguir sus ideales, sin tener que alejarse del medio.
En el haber del Establecimiento Educacional, está la magnífica colaboración de instituciones, profesionales, maestros que se brindaron para concretar el Colegio Nacional, orgullo de nuestra Ciudad, donde en los primeros 40 años, egresaron 1.276 bachilleres, alcanzando éxitos en el campo profesional y político y sobresaliendo en el campo cultural y educacional.
FUERON TRABAJADORES INCANSABLES.
Villa Regina, no podrá olvidar, por su lucha y su constancia en brindar apoyo a la gran obra educacional, a los incansables vecinos, como Néstor Ibarguen, Felipe Silenzi, Néstor Julio Marcos, Enrique Grifoni, y tantos anónimos colaboradores que se esforzaron para lograr, una realidad: el Colegio Nacional de Villa Regina.
Es digno reconocer la silenciosa labor de la Comisión Propietaria y Comisión Cooperadora, que con entusiasmo y amor a las cosas nuestras, realizaron con orgullo para todos, las comodidades necesarias para que el Cuerpo de Profesores y Alumnado, pudieron desarrollar las actividades en un edificio amplio y confortable.
LOS PRIMEROS PROFESORES.
Los primeros Profesores, iniciaron su actividad en el Instituto Secundario, luego denominado Colegio Nacional y más tarde Colegio Secundario Nº 11. Ellos fueron: Dr. Elías Smirnoff, rector y profesor de Inglés; Antonio Vazzana (docente), secretario y profesor de Francés, Castellano y Moral; Virginia C. Cosentino de Cittá (docente), profesora de Castellano; Ing. Eduardo Agustín González Jezzi, profesor de Matemática y Física; Gervasio Méndez (docente), profesor de Cultura Ciudadana; Zulema J.G. de Cruz (docente), profesora de Cultura Musical; Román Herrera (docente), profesor de Historia, Castellano y Geografía; Ing. Francisco Galletta, profesor de Botánica, Geografía, y Fisico-Química; Lucy E. Quiroga de Flores Doncel (docente), profesora de Geografía, y Educación Democrática; Rdo. Padre Domingo Pérez, profesor de Religión, Moral e Inglés; Dorián San Martin, profesor de Dibujo; Dr. Francisco Orlando Cittá, profesor de Botánica; Marta O. Q de Delacre, profesora de Francés; Cr Justo Fernández Lorenzo, profesor de Matemáticas; Ana G. Dal Zovo, profesora de Actividades Prácticas; Dr. Héctor Aníbal Piacentini, profesor de Zoologóa y Francés; Cr Antonio Luis Berola, profesor de Contabilidad y Matemáticas; Luciana J. Rampellotto, Preceptora y Prosecretaria.
LOS PRIMEROS ALUMNOS SECUNDARIOS.
El primer día de clase (19 de abril de 1954) se hicieron presentes los primeros alumnos secundarios de Villa Regina, cuya nómina es la siguiente:
Ana María Bengochea, Ana Lucía Berola, Lidia Rosa Bessegato, María del Carmen Bonfantini, Nilda Nora Bravo, María Elena Bussinelli, Carlos Alberto Candela, Berta Angélica Castillo, Alberto Gregorio Cejas, Dina Hervecia Ciocchetti, Francisco Crivicich, Nello Delladio, Conrado De Monte, Telma Fiordelli, Delia Fioretti, Emilio Garcia, Alicia Alba Gasperi, Elettra Leonor Gasperi, Margarita Gastaldi, Pío César Gianelli, Delfina María Grazide, Delia Esther Guevara, Pablo Daniel Kloster, Emilio José Lázzeri, Valerio Joaquín Lenzi, Adhelma Méndez, Máximo Milohanich, Lady Givellia Mungai, Leopoldo Miguel Marcó, Haydée Nancy Nadal, Edda Nardini, Irene Hilda Pérez, Lidia María Rampellotto, Pía Cándida Ridolfi, Marta Raquel Rinland, Renée Hebe Rodríguez, Lidia Berta Rojotzky, Nolberto Pedro Silenzi, Juan Carlos Torre, Cora Noemí Yancarlo, Elvira Zovich.
IMPONEN EL NOMBRE AL COLEGIO.
Fue impuesto en el año 1979, el nombre de Presbítero Raúl Entraigas, al establecimiento educacional creado en Villa Regina por su comunidad, denominado en ese entonces Colegio Secundario Nº 11, al cumplir el 19 de abril de 1979, los 25 años de vida.
Se hizo por Resolución Nº 446, del Consejo Provincial de la provincia de Río Negro, con fecha 2 de abril de 1979, se impuso el nombre propuesto considerando una feliz iniciativa y un merecido reconocimiento a la figura esclarecida del prolífico y talentoso sacerdote, que prestigiara las letras argentinas.
El Padre Raúl Entraigas haciendo honor a su condición de hijo dilecto de Río Negro, acompañó a nuestra Provincia en cuanta manifestación de progreso exhibiera, siendo autor, por ejemplo, de la letra de su Himno Oficial.
Que fue también es propicia la oportunidad de la conmemoración de los 200 años de vida de la Capital, Viedma, cuya Comisión Organizadora de Festejos, ha decidido trasladar sus restos desde Buenos Aires, para que descansen en el solar nativo, como tributo postrero al inminente rionegrino.
Que el recuerdo de los prohombres de nuestra historia, implica despertar capacidad de estímulo en los alumnos, generar corrientes de sana inquietud, para movilizar energías desaprovechadas, inculcar optimismo y fe en la tarea docente, y fomentar en las nuevas generaciones la asunción plena de responsabilidades, en el marco de un auténtico respecto por nuestras tradiciones.
La lúcida trayectoria, de este dilecto hijo de Río Negro, que ha llenado densas páginas del acervo intelectual de nuestra Provincia, bien merecía el reconocimiento de una labor profícua, que acredita jerarquía relevante y un destacado lugar en la intelectualidad argentina.
Volver los ojos a las luminosas figuras del pasado provinciano, resulta ejemplo permanente para modelar las nuevas generaciones que Río Negro reclama con empuje incontenible.
El Presbítero Raúl Extraigas, nació en el paraje San Javier muy próximo a Viedma, en el año 1901. Fue secretario del Obispado de Viedma, con el primer Obispo de la Patagonia, Monseñor Nicolás Esandi.
Fue miembro de la Real Academia de Letras de Sevilla y miembro de la Academia Nacional de Historia de la República Argentina.
Fundó la Junta de Investigaciones y Estudios Históricos de la Provincia de Río Negro. Fue periodista de los diarios, La Prensa, La Nación, La Nueva Provincia, La Nueva Era, Río Negro, y el Patagónico.
Falleció en Buenos Aires, el lunes 25 de abril de 1977.
SOÑAR, TRABAJAR Y REALIZAR…
Se puede decir sin temor a equivocarse, que Villa Regina, Pueblo y Colonia, unidos, siempre dieron muestras reales y palpables para concretar las importantes realizaciones que su comunidad ansiaba y esperaba.
Desde su comienzo, los colonizadores, sabían que si lo que ansiaban y necesitaban, no lo hacían en conjunto, era imposible soñar, era necesario trabajar, había que hacer, porque de lo contrario, ese esfuerzo inicial, nunca se podría ver realizado, y así fueron surgiendo obras que el progreso de la ciudad exigía, primero la escuela italiana, la escuela primaria nacional, la estación del ferrocarril, la biblioteca, las diversas instituciones culturales, deportivas y sociales, y soñaban siempre lo mejor para su familia, el progreso de sus hijos, y los llevó entonces, a unirse otra vez, para que los estudiantes no terminaran únicamente con el primario, decididos emprendieron otra nueva aventura, fundar una escuela secundaria, que les permitiera la continuidad y el camino necesario para llegar a la Universidad, formando a sus hijos en busca de nuevos horizontes, así poder crecer, a la par de las otras ciudades, de esta Patagonia Argentina.
Instituciones y las fuerzas vivas del Pueblo y Colonia, decidieron la creación de un Colegio Secundario, que en principio se denominó Instituto Libre de Enseñanza Secundaria.
El primer Rector fue el Dr. Elías Smirnoff, médico carismático, entusiasta y emprendedor, que dedicó sus mejores esfuerzos a la atención y la organización del incipiente Colegio Nacional, acompañando y fomentando la unión, entre el heterogéneo grupo, que constituía el Cuerpo de Profesores, les influía con mucho cariño, el amor y la fuerza necesaria para no sucumbir, su tarea rectora concluyó el 10 de octubre de 1955, debido a que el Colegio fue intervenido, la decisión fue tomada y el Ingeniero Salvador San Martin, fue designado Rector Interventor, tarea que culminó el 10 de mayo de 1956.
El Cuerpo de Profesores, por decisión mayoritaria, hizo que el nuevo Rector fuera el Ingeniero Francisco Galletta, desempeñándose por más de 26 años, tarea que compartió con la Vice-Rectora, Profesora Irma Nelly Sosa de Bailón, la Secretaría con Luciana Rampellotto, la Tesorería con Lidia Olga Tomaino de Hernández y Jefe de Preceptores, Franco González.
Al alejarse de la Rectoría el Ingeniero Francisco Galletta, asume como Directora, la Profesora Adriana Fusi de Perazzoli, siendo Vice Directora la Profesora Mabel Lupi.
En 1980, el Colegio es incorporado, a la experiencia del Ciclo Básico Común, con la inserción de la asignatura Educación Práctica, consistente en talleres y se crean otro dos bachilleratos, el de Físico Química y el de Ciencias Biológicas.
En el año 1987, el Colegio es integrado a la reforma educativa, de la provincia de Río Negro, con el sistema Ciclo Básico Unificado.
En 1989, se hace cargo de la Dirección , el Profesor Daniel Vitullo, acompañado en sus funciones, en distintos períodos, por las ViceDirectoras: Profesoras Mabel Daguerre, Profesora Graciela María Ferrero de Mainetti, y Profesora María Andrea Prieto de Plos. Durante su gestión se implementa el Ciclo Superior Modalizado, última etapa de la reforma educativa de la provincia, con sus dos modalidades: Ciencias Naturales Aplicadas y Orientación Pedagógica.
En 1994, se desempeña como Directora, una ex-alumna del Establecimiento, la Profesora Stella Gastaldi, y como Secretaria, otra ex alumna, Liliana Bailón de Rampellotto, Vice Directora en el turno mañana, la Profesora María Andrea Prieto de Plos, y Vice Directora en el turno tarde, la Profesora Graciela María Ferrero de Mainetti.
Aquel Colegio que inició sus actividades en el año 1954 con una sola división, con 42 alumnos, contó en el año 1994 (después de 40 años), con 25 divisiones y 679 alumnos.
Este es mi homenaje sincero, a quienes tanto trabajaron para que el sueño, el trabajo y la realización dieran sus frutos.
Colegio Nacional, el camino ya está andado y seguirás marcando el derrotero que le fijaron desde su iniciación y continuado por quienes le sucedieron.
Muchos…, cientos de Profesores…, miles de Alumnos…, en algún momento y por distintas circunstancias, le dijeron: "ADIOS…, MI QUERIDO COLEGIO NACIONAL…, PERO… ¿Cómo decirle adiós a algo que es parte de nuestra vida, como muchos reginenses, lo somos de su edificio…, de su patio…, de su aula…?.

VIRGINIA COSENTINO DE CITTÁ.
Quiero rescatar pensamientos de una docente, que dio todo de sí en bien de la educación, me refiero a la Sra. Virginia Cosentino de Cittá, quién hace más de 30 años decía: "…Un ciudadano de acá de Villa Regina, don Néstor Ibarguen, tenía ya sus chicos terminando la escuela primaria y se encontraba con el problema que tenía que sacarlos de su casa porque no había escuela secundaria" y me relataba Da. Virginia:
"Conversando con mi esposo y otros amigos, les planteé el problema, entonces todos dijeron:
"…¿ por qué no hacer un Colegio Nacional en Villa Regina?"
Y enseguida agregó : "Decidimos llevar la idea al Club Social "Colonia", y así fue como esta entidad la apadrinó, surgió así un movimiento para hacer el Colegio Nacional , acá, en Villa Regina."
"Después de varias reuniones, el asunto seguía medio detenido, entonces se hizo un contacto con el Gobierno Nacional, y el Ministerio de Educación envió a Villa Regina al Ingeniero Alcaicer, que era Inspector de Enseñanza Secundaria."
"Este Ingeniero, más que Ingeniero, era Maestro: ejecutivo…,amplio…, y nos dijo, que si queríamos hacer un Colegio Nacional, lo hiciéramos directamente, buscáramos profesores, hagamos un plan de materias a enseñar, consiguiéramos locales, y… en fin, lo que fuese necesario para que el Colegio funcionara, y… que se lo pusiera en marcha. Después me llaman…" dijo.
"Y así se hizo…, todo salió adelante. La Biblioteca Popular "Mariano Moreno", facilitó sus instalaciones…, se inscribieron 42 alumnos (algunos eran grandes)…y allí también se encontraron los profesores…, vecinos reginenses
se iniciaron como Profesores…, lo hacían todos en forma gratuita, trabajando 5 años "ad-honorem".
Manifestaba luego doña Virginia: "esos egresados del Colegio Nacional al volver de las Universidades, con alegría decían: "Gracias al Colegio Nacional, por tu intermedio llegué a la Universidad, y gracias a ti, mi Colegio querido, soy Profesional."
Algunos…, se radicaron en Villa Regina, devolviéndole lo que la comunidad les brindó.
Otros…, después de regresar a Villa Regina, se radicaron en la región, en la provincia, en el país, y por qué no también en otras ciudades del mundo.

viernes, 12 de abril de 2024

Estación Villa Regina, fotografía tomada desde la barda norte.

 

“la fábrica de Fioravanti y Cía. que producía los productos “Tomacó”, la fabricación y marca correspondía a la “AFD”, también los producía en una planta similar en Mendoza).
Dependía del galpón de empaque ubicado en predio del ferrocarril, en ese entonces propiedad de la empresa inglesa, al igual que la AFD, gerencia que ejercía mi padre Alejandro Carnevale, hasta que fue trasladado a Bahía Blanca al frigorífico regional, también perteneciente a la AFD, hasta el traspaso de los ferrocarriles a la Nación.
La construcción donde se elaboraba el producto era parte del complejo Fioravanti y es la que está separada del resto con frente a la ex ruta 22 y las vías del ferrocarril. También se elaboraron las pastillas disecadas “Frutaco” de membrillo y manzana” finaliza la carta  el Arq. Julio Carnevale publicada en ¡BIEN DE REGINA!
+++ Imagen: Villa Regina Fotos Antiguas Fotos del Recuerdo.